El pasado 13 de enero se conmemoró el Día Mundial de la Depresión, una fecha que busca crear conciencia sobre una de las enfermedades más prevalentes y menos comprendidas de nuestra época.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 280 millones de personas en todo el mundo viven con depresión, una condición que va más allá de «sentirse triste» o «tener un mal día».
La depresión es una enfermedad mental compleja, que afecta la forma en que una persona piensa, siente y actúa. No es una simple respuesta emocional a una situación difícil; es un trastorno que puede requerir tratamiento especializado para su manejo y recuperación.
La depresión no se cura sola
Uno de los mitos más dañinos sobre la depresión es la creencia de que desaparecerá con el tiempo o con fuerza de voluntad. A menudo se escucha: «Solo necesitas pensar positivo» o «es cuestión de hacer las cosas con más ganas«. Estas frases, aunque bien intencionadas, pueden minimizar el impacto de la depresión y reforzar el aislamiento de quien la padece.
La realidad es que la depresión es una enfermedad médica que necesita atención profesional. Igual que no esperaríamos que una fractura ósea se cure por sí sola, tampoco podemos ignorar los síntomas de la depresión esperando que desaparezcan con el tiempo.
¿Qué caracteriza a la depresión?
La depresión se manifiesta de diversas maneras y puede incluir síntomas como:
- Sentimientos persistentes de tristeza, vacío o desesperanza.
- Pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras.
- Cambios significativos en el sueño o el apetito.
- Fatiga constante y falta de energía.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Pensamientos recurrentes de inutilidad, culpa o incluso de autolesión.
Estos síntomas, cuando se prolongan durante más de dos semanas, pueden ser indicativos de un cuadro depresivo que requiere atención inmediata.
El Día Mundial de la Depresión nos invita a reflexionar sobre cómo entendemos y abordamos esta enfermedad, tanto a nivel individual como colectivo. También nos recuerda la importancia de combatir el estigma que aún rodea a la salud mental.
La depresión no es un signo de debilidad, ni algo que podamos ignorar sin consecuencias. Es un llamado de nuestro cuerpo y nuestra mente a recibir ayuda, a detenernos y a cuidarnos.
El primer paso hacia la recuperación
Si bien la depresión puede ser debilitante, no es invencible. Con el apoyo adecuado, muchas personas logran manejarla y recuperar su calidad de vida. La terapia psicológica, los medicamentos antidepresivos y los cambios en el estilo de vida son herramientas eficaces que pueden marcar la diferencia.
Hablar con un terapeuta, compartir tus sentimientos con alguien de confianza o simplemente reconocer que algo no está bien son pasos fundamentales para salir del aislamiento que suele acompañar a la depresión.
Este 13 de enero, y todos los días, es importante recordar que nadie tiene que enfrentar la depresión en soledad. Reconocerla como lo que es —una enfermedad— y buscar ayuda son actos de valentía que pueden transformar vidas.
La depresión no define quién eres, y con el apoyo adecuado, es posible encontrar luz incluso en los momentos más oscuros.
Hablar salva vidas. Si crees que estás luchando contra la depresión o conoces a alguien que podría estarlo, no dudes en buscar ayuda profesional. La sanación comienza con un paso. |
Cuenta con mi acompañamiento, cualquiera sea el camino que estés transitando. Juntas podemos superarlo.
Con amor,
Maryari Vera
@maryapsicoterapia
+56 9 4846 5271
maryapsicoterapia@gmail.com
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