El amor es una decisión y requiere de acciones

El amor no es simplemente un sentimiento efímero o una emoción que se experimenta de forma espontánea; es, ante todo, una decisión. Es elegir, cada día, actuar de manera consciente y comprometida, tanto hacia los demás como hacia uno mismo. 

Cuando decidimos amar, no estamos simplemente dejándonos llevar por lo que sentimos en el momento, sino que nos comprometemos a cultivar ese amor a través de acciones que lo refuercen y lo hagan crecer.

«Amar es un acto que va más allá de las palabras bonitas o de los gestos románticos ocasionales. Se trata de asumir la responsabilidad de mostrar, con hechos, que el cariño y el respeto son la base de cualquier relación».

Es un proceso activo, en el que se construye la conexión a través de la empatía, la paciencia y la dedicación. Cada día, al elegir amar, decidimos ser parte del bienestar del otro, ofreciendo apoyo en momentos difíciles, escuchando sin juzgar y compartiendo momentos de alegría y vulnerabilidad. 

Es una decisión que nos lleva a actuar con integridad, a ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, y a poner de manifiesto que el amor se vive y se demuestra, no solo se experimenta de forma pasiva.

Esta decisión requiere valentía y madurez, pues implica enfrentar nuestras propias limitaciones, aceptar que el amor también demanda esfuerzo y que, en ocasiones, significa sacrificar intereses personales para el bien común

Pero al mismo tiempo, es una fuente de libertad, ya que nos invita a crecer y a evolucionar en cada relación que establecemos. Cuando decidimos amar de manera consciente, dejamos atrás la idea de que el amor es algo que simplemente se recibe, y nos damos cuenta de que es algo que se construye día a día con compromiso y acción.

«El amor en su forma más auténtica no se basa en expectativas imposibles ni en ilusiones de perfección; se manifiesta en pequeños actos cotidianos: en una palabra de aliento cuando alguien la necesita, en un gesto de perdón en medio de un conflicto, en el simple hecho de estar presente».

Amar es asumir la responsabilidad de cuidar a quienes nos rodean, de cultivar espacios seguros donde la confianza y la intimidad puedan florecer, y de construir un vínculo sólido que resista las adversidades de la vida.

Amar es una decisión consciente que se traduce en acciones diarias. Es elegir ser fiel a uno mismo y a los demás, comprometiéndote a nutrir la relación con tiempo, atención y afecto. 

Y es precisamente en ese compromiso, en esa determinación de actuar en favor del amor, donde radica la verdadera magia de transformar nuestras vidas y las de quienes amamos.

Con cariño,

Maryari Vera

@maryapsicoterapia

+56 9 4846 5271

maryapsicoterapia@gmail.com 

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